Prácticamente todas las enzimas que se emplean en la industria (farmacéutica, alimenticia, textil, papel, química, detergentes, etc.) son recombinantes. Muchas de ellas son microbianas, pero resulta más fácil y reproducible su obtención a partir de microbios bien conocidos y fácilmente cultivables. Por ejemplo, las enzimas resistentes a bajas o altas temperaturas, que se emplean en las diferentes industrias, provienen de microorganismos de laboratorio transformados con genes de extremófilos. Aún más, la ingeniería genética permite modificar al azar o de manera dirigida los genes, creando así variantes de enzimas con nuevas propiedades.
Para producir proteínas recombinantes se usan principalmente bacterias, hongos y células de mamífero genéticamente modificadas. Sin embargo, hay sistemas alternativos que podrían abaratar mucho los costos de producción, como las plantas y los animales transgénicos, pero los métodos y sus productos están aún en etapas de desarrollo o evaluación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario